Por Magdalena
Curbelo
El
trabajo en la caña de azúcar define y caracteriza a parte de los trabajadores
rurales de nuestro país. Desde sus orígenes, el ser y hacer de estos
trabajadores ha estado signado por sus demandas de acceso a la tierra.
Cristalizadas en cierta medida a través del acceso a tierras mediado por el
Instituto Nacional de Colonización (INC),
asalariados y pequeños productores se han trasformado en colonos.
En los
últimos años, el INC ha privilegiado formas colectivas de acceso a la tierra.
Al respecto se ha conformado una cooperativa constituida por 35 asalariados/as,
integrantes todos de la Comisión de Tierras de la UTAA (Unión de Trabajadores
Azucareros de Artigas), a quienes se les ha adjudicado recientemente una
fracción de tierras en el área de Pay Paso (Bella Unión- Uruguay) con el objetivo de producir caña de azúcar para su
posterior venta al Ingenio de ALUR
(Alcoholes del Uruguay S.A.).
Son justamente este grupo de trabajadores y los
procesos generados en torno al acceso a
la tierra, el cometido de este trabajo. Basándonos en una aproximación
etnográfica a la temática, esto es una aproximación fundada en la permanecía
prolongada en el campo y el contacto directo con nuestros interlocutores y su
cotidianidad.
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